Una de las razones por las cuáles me gusta contemplar el atardecer es porque sé que he estado un día más en este mundo, he aprendido algo nuevo, he vivido diferentes situaciones, y sé que Dios ha estado a mi lado a cada segundo.
Son un poco más de las 5 de la tarde, voy en el transporte colectivo y tuve el privilegio de poderme sentar, cosa que no sucede muy seguido, el color naranja del sol se refleja en mis cabellos, cierro los ojos mientras siento la brisa en mi rostro; es lindo saber que como el viento Dios está a nuestro lado, no lo vemos pero si lo sentimos.
Cuando me senté, me lamenté por no haber andado el libro que estoy leyendo, pero eso me dio la oportunidad de poder escribir, es una lástima que no pude tomar una buena foto del atardecer de este día y el color naranja sobre mi mano escribiendo.
Creo que a cada segundo Dios nos quiere mostrar su grandeza a través de la naturaleza, solo falta que estemos dispuestos a admirarla, cualquier momento es indicado para mirar al cielo o a nuestro alrededor, podemos ver las maravillas de Dios hasta en una sonrisa! = )